Experiencia gastronómica en Sotero con el Chef Aquiles

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Dicen que en la vida es importante hacer cosas nuevas, cosas que en tu zona de confort no harías, cosas que igual y tienes ganas, pero que siempre pospones, cosas que logren inspirarte.

Pues les cuento, fuimos en pareja a una experiencia gastronómica en el restaurante Sotero, Cocina de Oficio del Chef Aquiles Chávez (Dr. Manuel del Corral 101, Real de Minas, en Pachuca). Cabe mencionar que ninguno de los dos somos fanáticos de la cocina, íbamos con la idea de tomar una pequeña clase con degustación y listo, era todo lo que esperábamos, pero en las 8 horas que estuvimos en esta experiencia solo les puedo decir que superó por mucho nuestras expectativas.

La cita fue a las 12 horas, nos recibieron con un rico café hidalguense y nos presentaron a las otras tres parejas, en total éramos 8 personas. Dos de las parejas compraron esta experiencia en una subasta para apoyo al Teletón. Después nos dieron un recorrido por el restaurante contándonos un poco de su historia y los secretos del lugar.

Al llegar al piso de arriba nos recibió el Chef Aquiles en su cocina/oficina con una mesa muy bien decorada y una bolsa con regalos. Tomamos asiento, nos saludó y empezó a platicar sobre lo que nos esperaba, nos ofrecieron unas tortas de milanesa empanizadas con pan negro y huevo, que estaban muy ricas, a esta primera degustación se unió una bebida deliciosa: un gin tonic con Jäpi Gin, ginebra artesanal del Valle del Mezquital.

La siguiente parada fue el Mercadito Orgánico, ubicado en el estacionamiento del restaurante, que se puedes visitar martes y viernes de 1:30 a 4:30 pm, y aquí nos dieron una degustación de quesos de Epazoyucan.

Conocimos a don Flavio, agricultor de Huasca que compartió su pasión por lo natural y orgánico, es de esas personas que inspiran, hasta ganas nos dieron de poner nuestro huerto en casa. Y sus frutas y verduras, simplemente HERMOSAS.

Nos comentaron que hay otra experiencia gastronómica que incluye una visita a sus cultivos en Huasca, desayunando super fresco y en donde terminan haciendo barbacoa y disfrutándola al día siguiente.

Ya que don Flavio nos dio las frutas y verduras que íbamos a utilizar, regresamos a la cocina. Lo primero que hicimos fue abrir nuestra bolsa con regalos, la cual traía un hermoso delantal de mezclilla con el logo de Sotero y un recetario con todas las delicias que íbamos a preparar ese día.

Luego se prendieron los fogones y empezó la magia... lo primero que preparamos fue una crema de requesón de cabra nucana, sí 100 por ciento hidalguense que puedes conseguir en el mercadito orgánico. Continuamos con un laminado de jitomate orgánico de don Flavio y queso de cabra; y, pues bueno… nos dio sed, así que llegó una segunda ronda de Jäpi Gin y con ello más energía para continuar la clase.

Era el momento de preparar las hermosas zanahorias moradas, rojas amarillas y naranjas, el brocolini , los poros y camotes. Aquí fue donde entendí que hay gente que nace con un don especial para la cocina; evidentemente no hablo de mí, sino de Aquiles Chavéz. ¿Cómo puede ser que unas simples zanahorias al horno le queden TAN DELICIOSAS?

En fin, en este momento empezamos a preparar el pescado a la parrilla con para mi gusto, lo mejor de la tarde, mantequilla de ajo, perejil y alcaparra (por favor, necesitamos que la vendan ya en frasquitos). El confitar los ajos desprendía un aroma que nos puso a babear del antojo, pero cuando le agregó las alcaparras y el limón, ¡madre mía, qué olor!

Salimos a poner en la parrilla las deliciosas truchas pescadas en el bosque del Zembo, en Huasca, ya estaba casi lista toda la comida.

Por último, se empezó a preparar el postre, fresas con crema del ingeniero Morquecho, nombradas así porque fueron creadas para un cliente muy especial de Sotero.

Finalmente llegó el momento esperado, nos sentamos todos a la mesa, ya eran las seis de la tarde, para este instante ya sabíamos nuestros nombres a qué nos dedicábamos y que tan buenos/malos éramos en la cocina.

Y cual comercial de coca cola, nos sentamos en una mesa llena de comida deliciosa, llena de color, olor y magia, un verdadero caleidoscopio de sabor.

Estuvimos como familia que se sienta a la mesa, una mesa bien servida, sin pretensiones, sin reglas; cada quien se servía según lo que quisiera, comida había y mucha.

Probamos de todo, y todo estaba tan rico que se nos olvidó dejarle un «huequito» al postre, ya en la mesa se terminó de preparar. Obviamente estás en Sotero, así que no, no fueron unas simples fresas con crema y azúcar, aquí las potenciaron con merengues, flores comestibles, menta y mucho amor, amor por la cocina. De verdad que al probar todo pruebas también esa pasión que se tiene al cocinar.

Lo que no sabíamos es que para despedirnos nos tenían otra sorpresa, una caja con pan de masa medre exquisito, una mantequilla de pulque, una rica mermelada de piña y un licor de hierbas relajantes. Así la experiencia no terminó a las 8 de la noche en Sotero, sino que continuó en nuestras casas.

Este tipo de experiencias se pueden contratar para grupos de 10 personas o cuando las publican en sus redes sociales. Tienen clases de parrilla, comida navideña, chiles en nogada y más.

Si solo quieres ir a comer, puedes probar sus desayunos, pan con masa madre y mantequilla deli en la panadería de Sotero desde las 8 de la mañana, las comidas y cenas en el restaurante o para una ocasión especial probar el menú de degustación.

¿Nos gustó?

No, nos encantó

¿Vale la pena?

Muchísimo, conectas con tu pareja, conoces gente nueva y te pasas un gran rato con un gran chef que en todo momento está dispuesto a enseñar, con muchos chistes, buena platica y excelente actitud.

Sotero es un lugar con mucho sabor, personalidad, con alimentos sanos, frescos y limpios que vienen del campo, regados con agua de manantial, un lugar que apoya a los emprendedores a través de su mercadito orgánico, donde no se les cobra por vender. Un lugar donde te preparan lo que la tierra ofrece esa temporada. ¿Cuándo fue la última vez que comiste tan fresco? Sotero es sabor, calidad y calidez, definitivamente es un lugar que vale la pena.

Invierte en ti, en experiencias, disfruta y déjate consentir.

Teléfono: 771 719 4770
Reservaciones: sotero.com.mx